El papel es uno de los productos más sostenibles, ya que se produce a partir de recursos renovables. Es biodegradable y puede reciclarse fácilmente o utilizarse para obtener energía renovable.
El papel supera a muchos de los productos alternativos, en especial si se tienen en consideración los gastos indirectos, como la manipulación y el almacenamiento, la seguridad de los empleados (p.ej. químicos peligrosos de las espumas), los tiempos de inactividad de las máquinas y la limpieza de las instalaciones.